INTRODUCCIÓN
1 CATEQUESIS EN PROCESO
2 DIMENSIONES DE TRABAJO Y OBJETIVOS GENERALES
3 JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS DE LOS TEMAS
4 PROGRAMACIÓN Y ELEMENTOS DE LA CATEQUESIS
5 AUTOCATEQUESIS
6 GUIÓN PARA REVISAR LOS TEMAS DE ADOLESCENCIA
7 GUÍA DE RECURSOS PARA LA CATEQUESIS
INTRODUCCIÓN
Tienes en tus manos unos materiales que hemos pretendido sean un instrumento de trabajo para la catequesis continuada. Se trata de una propuesta flexible y abierta, que debe ser adaptada a la realidad y situación de cada grupo. Van dirigidos a la etapa de la adolescencia, que comprende de los 14 a los 17 años.
Al hablar de catequesis continuada, nos referimos al proceso de fe que se vive en grupo, con un acompañamiento cercano de alguien que tiene una opción de fe madura, y que supone sobre todo una etapa de equipamiento, de ir poniendo las bases para una personalidad sana y madura. Este tiempo comprende desde la convocatoria a la primera comunión, hasta la opción responsable que se hace en la juventud. La parroquia posibilita este proceso, lo acompaña y lo ilumina, potenciando que sea un proceso organizado, articulado y progresivo.
A la hora de elaborar estos materiales, hemos querido tener muy presente el ambiente en el que han ido creciendo y madurando los adolescentes y las adolescentes que están en la catequesis. No podemos olvidar el alto grado de paganización que vive nuestra sociedad postmoderna, y de la que no pueden escapar nuestros y nuestras adolescentes: familias no practicantes, poca presencia de lo cristiano en el ambiente, etc. Para intentar resolver esta dificultad, creemos que es importante suscitar el interés religioso a partir de las situaciones más importantes que están viviendo y experiementando.
Para presentar los contenidos partimos de dos situaciones. Por un lado, el momento o situación vital que viven los adolescentes de estas edades; y por otro lado, lo que la fe cristiana puede aportar e iluminar dicho momento. Todo ello se tiene en cuenta desde la presentación del tema al comienzo, hasta la dinámica de las reuniones, aportando para ello pequeñas sugerencias de oración.
Como catequistas, tenemos que dejarnos “catequizar” por estos materiales, estudiarlos detenidamente, profundizar en ellos, enriquecerlos con otras dinámicas, con otros textos o matices; todo ello nos ayudará a presentarlos al grupo con más seguridad y más riqueza. Además, creemos fundamental que cada catequista se garantice su propio proceso de fe a través de grupos o comunidades de referencia, no podemos olvidar que somos modelos de referencia, que tenemos que contagiar nuestra experiencia de fe, y que no podemos ser meros transmisores de contenidos. A todo esto hay que añadir que es imprescindible el trabajo en equipo de los catequistas, ya que posibilita el contraste, el enriquecimiento mutuo y la labor coordinada de distintas etapas o cursos.
En el plano personal, nos gustaría hacer una sugerencia. Lleva estos materiales a la oración, lleva también a ella a tu grupo de adolescentes, y déjate iluminar desde ella. Esto te ayudará a sentir que la catequesis no es responsabilidad tuya, sino que eres un instrumento, una mediación para que se produzca el encuentro con Jesús de Nazaret.
Esperamos que estos materiales te sean útiles y que realmente puedan servir para que tu grupo de adolescentes se vaya encontrando con Jesús, dejándose transformar por su mensaje y su persona.
AVISO DE INTERÉS
Te informamos que hay a tu disposición una carpeta de fichas. En ellas encontrarás únicamente los textos, dinámicas, oraciones, etc. que en cada reunión habría que entregar a los adolescentes. Si quieres puedes comprarlas y evitarás el tener que sacar fotocopias de este libro del catequista.
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1. CATEQUESIS EN PROCESO
Estos materiales están pensados para abordar la evangelización de la adolescencia. Sin embargo no creemos que sea posible incidir en estas edades sin tener en cuenta el proceso previo que se ha vivido en la infancia, y sin tener claro cuál debe ser la continuidad a esta etapa, tanto en la juventud como en la edad adulta.
Por tanto, creemos que es necesario incluir esta propuesta dentro de un proyecto general de catequesis que nos ayude a saber acompañar la adhesión a Jesús y a su Evangelio en todas las edades, y desde las experiencias vitales que cada etapa de la vida tiene, “aquellas experiencias que son nucleares para un hombre que vive una edad y situación determinadas”[1].
Si tomamos como punto de partida esta definición de catequesis: “la etapa (o periodo intensivo) del proceso evangelizador en la que se capacita básicamente a los cristianos para entender, celebrar y vivir el Evangelio del Reino, al que han dado su adhesión, y para participar activamente en la realización de la comunidad eclesial y en el anuncio y difusión del Evangelio”[2], podemos destacar de ella tres elementos ineludibles para asegurar un auténtico PROCESO DE EDUCACION EN LA FE, sea cual sea la edad en la que tengamos que incidir. Dichos elementos son:
1. Entender la catequesis como un proceso evangelizador.
2. En este proceso tiene que haber, por tanto, una situación de partida, que la marcará la situación vital de la persona a la que se quiere capacitar, y que se concretará en los objetivos y contenidos de cada etapa.
3. Y por último, habrá que establecer con claridad la finalidad a largo plazo que queremos conseguir: entender, celebrar y vivir el Evangelio del Reino (...) para participar activamente en la realización de la comunidad eclesial y en el anuncio y difusión del Evangelio, de manera que este objetivo sea el horizonte de todo el proceso.
Como catequistas, es necesario que elaboremos nuestro proyecto de pastoral teniendo en cuenta estos tres elementos. Por eso es necesario observar y analizar cómo son los adolescentes de nuestros grupos, para ello te ofrecemos un cuadro con las DIMENSIONES que hay que trabajar en la catequesis. Éstas podrán ayudarte a hacer un diagnóstico sencillo de cómo está tu grupo y en qué tienes que incidir a lo largo del curso. Además te ofrecemos algunos OBJETIVOS que deben ser trabajados procesualmente, y que han servido de base para la elaboración de estos materiales. Tómalos como referencia y adáptalos a la realidad de tu grupo, sabiendo que la meta es que se encuentren personalmente con Jesús de Nazaret y con su mensaje liberador: el Reino de Dios.
2. DIMENSIONES DE TRABAJO
Y OBJETIVOS GENERALES
EL PROCESO DE PERSONALIZACIÓN
LA DIMENSIÓN SOCIO-COMUNITARIA
INICIACIÓN AL COMPROMISO TRANSFORMADOR
LA DIMENSIÓN TRASCENDENTE
LA DIMENSIÓN ORACIONAL Y CELEBRATIVA
LA DIMENSIÓN ÉTICO-MORAL
EL PROCESO DE PERSONALIZACIÓN
Aspectos constitutivos de la persona: físicos, psíquicos, afectivos... que están en proceso y que debemos procurar que se desarrollen equilibradamente para tener una persona adulta y madura que pueda vivir libre y conscientemente la fe
OBJETIVOS GENERALES |
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14-15 años |
15-16 años |
16-17 años |
Aceptar y valorar positivamente la propia transformación física, psicológica y afectiva. |
Adquirir un concepto positivo de mí mismo. |
Desarrollar su capacidad crítica Ofrecer datos para interpretar la realidad. |
la dimensión socio-comunitaria
Somos personas en relación, que crecemos y maduramos con los demás. Establecemos vínculos con grupos cercanos, con el entorno, con la sociedad, con otros cristianos y cristianas...
OBJETIVOS GENERALES |
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14-15 años |
15-16 años |
16-17 años |
Aprender en el grupo las normas básicas de comportamiento social. |
Valorar la relación positiva con las otras personas, fomentando la escucha, el respeto, el diálogo y la sinceridad. |
Descubrir y aceptar la vida del grupo como lugar de desarrollo. Personalizar las relaciones sociales e interpretar los ámbitos sociales. |
iniciación al compromiso transformador
Nos abrimos a la realidad: la analizamos y profundizamos en ella desde la fe, dejándonos interpelar por los signos de los tiempos, y escuchamos la llamada a ser en ella germen del Reino de Dios
OBJETIVOS GENERALES |
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14-15 años |
15-16 años |
16-17 años |
Conocer los problemas y las necesidades del entorno, iniciando el análisis de las causas y las consecuencias. Asumir pequeñas responsabilidades. Potenciar la defensa del débil en las relaciones sociales. |
Crecer en responsabilidad y esfuerzo en los deberes de cada día. Descubrir la dimensión vocacional de la vida en testimonios concretos. Realizar acciones de solidaridad en el propio ambiente y avaladas con criterios evangélicos. |
Profundizar en la realidad y la problemática social. Poner en contacto con realidades de pobreza, marginación y sufrimiento, así como con organizaciones que están comprometidas en el ámbito social. Abrir la opción de estudios y trabajo al enriquecimiento personal y al servicio. |
la dimensión trascendente
Todas las personas estamos invitadas a abrirnos al amor de Dios. Amor presente en la historia, cuyo culmen es Cristo, y que situado en el centro de la vida la llena de sentido y la configura
OBJETIVOS GENERALES |
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14-15 años |
15-16 años |
16-17 años |
Fomentar los valores que trascienden a la persona desde el idealismo altruista. Cultivar la experiencia incondicional a Dios trabajada en la etapa anterior. Fomentar las experiencias de comunión con la naturaleza, creación de Dios. Descubrir los signos de gratuidad y aprender a responder con gratitud. |
Cultivar la experiencia de la aceptación de Dios. Descubrir la experiencia del Dios creador a través de la naturaleza. |
Afrontar la fe, la filosofía y la religión desde la razón, planteando la racionalidad de la fe. Descubrir la trascendencia del amor: somos felices en el servivio a otras personas. |
la dimensión oracional y celebrativa
Podemos relacionarnos con Dios, personal y comunitariamente, a través de la oración, la fiesta, la celebración, la sacramentalidad de la vida, etc.
OBJETIVOS GENERALES |
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14-15 años |
15-16 años |
16-17 años |
Reiniciar la oración personal desde la amistad con Jesús y en línea de confidencia. Reiniciarse en el sacramento de la Eucaristía. Preparar oraciones por ellos mismos, dándoles el material para ello. |
Rezar personalmente y en grupo desde la vida, sin crear un ambiente forzado en el que se puedan sentir forzados. Iniciarse en el lenguaje simbólico. Orientar y acompañar la oración personal (suelen hacerla por la noche), asumiendo la vida e intentando superar lo ético. Participar y profundizar en la Eucaristía, e iniciarse en la Reconciliación. |
Conocer y valorar el significado humano y cristiano de los símbolos litúrgicos, desde la preparación de la Eucaristía. Introducción a los sacramentos del Bautismo y Confirmación. Acercar al Evangelio, ayudando a leerlo en clave existencial. Iniciar en el silencio, como momento de equipamiento, “jugar a contemplativos y contemplativas”. |
la dimensión ético-moral
Como personas, afrontamos la vida desde una jerarquía de valores que nos estructuran y configuran. Valores humanos y cristianos que determinan nuestras actitudes, ideas y acciones.
OBJETIVOS GENERALES |
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14-15 años |
15-16 años |
16-17 años |
Desarrollar los valores evangélicos. Descubrir a Jesús como modelo de referencia. Descubrir y admirar modelos de creyentes, cercanos en el tiempo y en el espacio. Conocer y valorar la manera de vivir de creyentes auténticos en una sociedad plural, y su aportación para hacer una sociedad más humana. |
Revisar la propia vida desde los valores de Jesús, presentes en creyentes, del pasado y actuales. Reconocer y aceptar a Jesús como modelo de persona creyente, que nos muestra el rostro de Dios, y modelo de persona humana. Descubrir otros caminos y maneras de ser feliz distintos a los propuestos por la sociedad. |
Acercar al Evangelio como criterio de valoración del entorno. Hacer conscientes de su jerarquía de valores y cuestionarla en orden a tomar una opción de vida. |
3. JUSTIFICACIÓN Y
OBJETIVOS DE LOS TEMAS
A la hora de elaborar estos materiales, teniendo siempre como referencia el momento vital de los adolescentes a quienes vamos a acompañar en su proceso de fe, hemos hecho una opción pedagógica y pastoral clara: apostar por la catequesis de la experiencia,en un proceso de conversión a Jesús de Nazaret.
Se trata de incidir con lo más auténtico del Evangelio en aquellas experiencias y situaciones vitales que vive la persona; en este caso el adolescente. Tal y como ya viene explicado en el documento “LA CATEQUESIS DE LA COMUNIDAD”:
“Una catequesis de la experiencia es algo más que una mera modalidad transitoria de la pedagogía catequética, es algo más que una metodología: es algo inherente a la transmisión del Evangelio para que éste pueda ser recibido como mensaje de salvación”[3]
Y por lo tanto:
“No hay que oponer una catequesis que arranque de la vida a una catequesis tradicional, doctrinal y sistemática. La auténtica catequesis es siempre una iniciación ordenada y sistemática a la Revelación.... Pero esta Revelación no está aislada de la vida ni yuxtapuesta artificialmente a ella. Se refiere al sentido último de la existencia y la ilumina, ya para inspirarla, ya para juzgarla, a la luz del Evangelio”[4]
Este es el talante con el que hemos ido definiendo los objetivos y contenidos de los temas. Se trata de unir la situación vital que tienen nuestros y nuestras adolescentes con la invitación al encuentro, desde ella, con Jesús de Nazaret.
4. PROGRAMACIÓN Y ELEMENTOS DE LA CATEQUESIS DE ADOLESCENCIA
4.1. Programación
En la catequesis, al programar, debemos adaptar siempre a nuestro grupo concreto cada tema de los previstos en estos materiales. Para ello nos situamos ante los objetivos y los matizamos, lo amoldamos a nuestro grupo en función de sus necesidades, de la fase del proceso en que se encuentra, etc.
Después, haciendo uso de nuestra creatividad y a partir de la reflexión en el grupo de catequistas, organizamos las diferentes sesiones: oraciones, actividades a realizar, recursos a preparar, etc.
Un aspecto fundamental en todo acto catequético es orar la reunión, es decir, ponerme y poner al grupo delante del Señor, para entrar en sintonía con El, para que quede claro que somos sus instrumentos, que catequizamos “en nombre de”.
Una vez leído el tema, profundizado, adaptado a nuestro grupo, interiorizado y orado, estamos en disposición de trabajarlo con nuestro grupo de catequesis.
Al acabar cada sesión, y sobre todo al final, debemos hacer una evaluación del tema: grado de consecución de los objetivos, interés y eficacia de las actividades, clima creado, nivel de oración y compromiso, etc. Hay que evaluarlo todo: grupo, catequistas y materiales. Para ello puede servirnos el guión que incorporamos en las páginas 21-22.
4.2 Elementos
Queremos que la catequesis sea una “formación cristiana integral”[5] por lo que es necesario pensarla y programarla teniendo en cuenta el mayor número de experiencias que podemos ofrecer a los adolescentes de nuestros grupos. De esta manera, superaremos la limitación de tiempo que vivimos en nuestras reuniones semanales, favoreceremos el encuentro personal y de grupo en momentos bien distintos que nos van a permitir un mejor conocimiento, y saldremos fuera de la parroquia para conocer la realidad y dejar que ésta cuestione al grupo.
Estos elementos no son añadidos, sino que forman parte de la programación de la catequesis, y van a hacer posible que el proyecto de educación en la fe sea fecundo. Esto supone incluirlos a la hora de planificar el curso, prepararlos con cuidado y acompañarlos de manera especial.
Estos elementos son los siguientes:
q LA REUNIÓN SEMANAL
q LA ORACIÓN Y CELEBRACIÓN
q EL COMPROMISO
q LOS ENCUENTROS
q LAS ACTIVIDADES EN EL TIEMPO LIBRE
q EL ACOMPAÑAMIENTO
La reunión semanal
Es el momento que con más frecuencia y más continuidad nos vamos a encontrar. Habrá que tener en cuenta su duración, las posibilidades que nos ofrecen los locales, el número de reuniones por trimestre y por curso, a la hora de elegir aquellos temas que nos van a posibilitar conseguir los objetivos que nos hemos marcado. Debemos hacer un hueco en nuestras reuniones a días especialesque tienen un contenido específico, bien por seguir el año litúrgico, bien por responder a campañas parroquiales o diocesanas (Domund, Manos Unidas....)
La oración y celebración
Es un elemento que también debemos programar con detenimiento, estudiando la realidad que viven los adolescentes del grupo, cómo incidir gradualmente en ella, y con qué métodos vamos a ayudarles a enriquecer su experiencia. En cuanto a la oración, debemos acompañar y potenciar tanto la oración personal, como la del grupo. Y en cuanto a la Eucaristía, tendremos que posibilitar su presencia y su participación, haciendo de ella también un momento de encuentro con el grupo y con la parroquia. Prepararla con ellos supone una catequesis sobre la Eucaristía y una mayor implicación en ella.
El compromiso
Fomentar la solidaridad y la implicación en la realidad requiere de nuestra parte que estudiemos posibilidades reales donde esto pueda ser vivido por nuestros grupos. En la adolescencia puede resultar muy motivador trabajar en grupo alguna acción solidaria o campañas que permitan conocer situaciones de sufrimiento, y pensar cómo incidir en ellas. También se podían ofrecer pequeños servicios en el entorno cercano de la parroquia o del barrio, que suponga ofrecer tiempo para los demás. Y experiencias de campos de trabajo que posibilitan, a través de una experiencia fuerte, salir de mi mismo, de mí misma, y hacer algo para otros.
Los encuentros
Si algo resulta motivador en la adolescencia es ver que hay personas, igual que yo, que están en mi misma situación o que llevan más adelante el proceso y lo viven con ilusión. Por eso será importante favorecer momentos de encuentro donde compartir la experiencia que se va viviendo. Estos encuentrospueden darse a nivel parroquial, arciprestal, diocesano, etc.
A nivel parroquial siempre hay momentos para invitarles a estar presentes: el día de la parroquia, vigilias, ordenaciones o matrimonios..., eso sí, siempre que tengar un papel en el encuentro y un cierto protagonismo.
Las actividades en el tiempo libre
Si hay algún momento que va a permitir al adolescente mostrarse tal y como es, será en momentos gratuitos donde vamos a trabajar fundamentalmente la convivencia. Habrá que programarlos para vivir en ellos, de manera espontánea, valores que vamos transmitiendo a través de los temas y las reuniones, pero el ámbito en el que se realizan y la disponibilidad de más tiempo, hacen de estos momentos un lugar adecuado para irnos descubriendo tal y como somos. Pueden ser excursiones, o podemos aprovechar el momento de la“Javierada”. Suelen ser una experiencia muy enriquecedora los campamentos, ya que proporcionan dinámicas, encuentros y vivencias que suponen en el procesos de nuestros grupos más que varios meses de reuniones. Así como las convivencias de fin de semana, que pueden ser un complemento fuerte a los contenidos de nuestras reuniones.
El acompañamiento
Todo el proceso de adhesión a Jesús de Nazaret es personal. Por tanto, es necesario conocer y estar cerca de lo que cada persona del grupo va viviendo. Será necesario que sientan a su catequista cerca, algo que cada momento de convivencia que vivamos con el grupo nos va a posibilitar. Habrá que ir hablando personalmente con cada uno, creando una sintonía afectiva y sin forzar situaciones que puedan resultar incómodas. Al comienzo este contacto será muy sencillo, conforme avance el proceso será necesario sistematizarlo un poco. Un recurso sencillo para incidir en su momento personal puede ser ofrecer algunas lecturas que iluminen su situación.
5. AUTOCATEQUESIS
La autocatequesis es la reflexión que el grupo de catequistas hace, desde sí mismos, sobre el tema a tratar posteriormente en cada catequesis con los adolescentes.
Si la catequesis no consiste primordialmente en la transmisión teórica de unos contenidos (conocimientos o saberes), sino que es una acción educadora de la fe, es evidente que el catequista no puede realizar bien su cometido si no se implica como persona creyente en el acto catequético. Ante todo, él es un testigo de la fe.
En la autocatequesis, el catequista, individualmente y en grupo con los demás catequistas, se pregunta por su vivencia creyente del tema catequético antes de interesarse por la pedagogía de su transmisión. Con ello no decimos que la pedagogía, las técnicas, etc. no sean importantes, que lo son. Sencillamente afirmamos que lo primero es vivir creyentemente el tema, para poder ayudar a crecer en la fe a los demás.
La autocatequesis es apta también para adquirir mayores conocimientos (teológicos, bíblicos, etc.) y, como tal, es una pieza importante en la formación permanente de los catequistas.
Indicamos algunos textos de dos catecismos referenciales: el "Catecismo de la Iglesia Católica" (CEC, se citan los números) y el de la Conferencia Episcopal Española "Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia" (EF, se citan las páginas). También, como textos de apoyo importantes, los documentos del Concilio Vaticano II (CVII, se citan el documento y el número; los más importantes son DV: Dei Verbum; GS: Gaudium et Spes; LG: Lumen Gentium). El responsable del grupo de catequistas deberá previamente, al preparar la autocatequesis, hacer una selección de los textos propuestos, fotocopiarlos para los catequistas, etc. También puede usar otros que le parezcan más oportunos.
Lo mismo cabe decir de las preguntas o puntos de reflexión que se sugieren. Son indicativos y el responsable puede pensar en otros.
6. guión para revisar
los temas de adolescencia
PARROQUIA:
Curso: 1º (14-15 años) 2º (15-16 años) 3º(16-17 años)
CATEQUISTA ___________________________________________________________
Nº de catequistas en el grupo __________
Nº de adolescentes en el grupo _________
TÍTULO DEL TEMA A REVISAR&am