Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él (1 Jn 4,16)
Ficha de Proyecto
En esta sección encontraras los diferentes proyectos diocesanos de      catequesis con orientaciones y materiales para cada catequista 
Orientaciones y materiales para los agentes de pastoral bautismal

 

EL PORQUÉ DE ESTE FOLLETO

 

Lo que dice el Directorio Pastoral de la  Iniciación Cristiana:

 

“La nueva situación en la que vivimos plantea serias dificultades a la pastoral del bautismo, primer sacramento de la iniciación cristiana, si se quiere que éste sea verdadero y fructuoso. Es necesario encontrar el modo de asegurar la evangelización de quienes, bautizados en la “fe de la Iglesia”, están destinados a abrazar y crecer en esta fe, que han de hacer suya” (Directorio de la Iniciación, p.53)

La pastoral del bautismo interesa fuertemente  a toda la comunidad cristiana, especialmente, a los sacerdotes y a los agentes de pastoral parroquial.  El sacramento del bautismo es para quien lo recibe  el fundamento de su vida cristiana; en el caso del bautismo de niños, es además, para quienes los llevan a bautizar, la primera toma de postura ante su responsabilidad  de educarlo en la fe.

Las causas son variadas y complejas, pero es cada vez mayor el número de los padres que están insuficientemente preparados para asumir la responsabilidad  de  garantizar la educación cristiana del hijo que  quieren bautizar. Se impone con evidencia la necesidad de la evangelización. Los defectos en el origen dejan huellas difíciles de borrar  en el proceso posterior de  desarrollo y educación de la fe.

Pero cuanto más urgente se hace esta necesidad, más difícil es encontrar el modo  de llevarla a cabo.

Por eso el Directorio diocesano de la Iniciación cristiana  declara que “es necesario encontrar modos de asegurar la evangelización” de los que reciben este sacramento.

El folleto que ahora presentamos desde las delegaciones de Liturgia, Catequesis y Pastoral Familiar es una contribución a esta recomendación  del Directorio. En él se recogen muchas de las sugerencias e ideas que han ido surgiendo en los talleres de trabajo que la Delegación de Catequesis  junto con los sacerdotes viene realizando en varias zonas de la diócesis.

Es cierto que hay abundantes y buenos materiales en las librerías religiosas. En nuestras diócesis de Pamplona y Tudela  tenemos publicado un folleto “Queremos bautizar a nuestro hijo (Catequesis bautismales)”, con unos valiosos contenidos catequéticos y otros materiales. El que ahora publicamos además de  ofrecer  unas catequesis diferentes, trata de orientar las actitudes de los agentes de pastoral y, sobre todo, propone un itinerario, un proceso de formación  centrado en el acontecimiento del bautismo de niños. Propuestos desde las delegaciones diocesanas y acogiendo las sugerencias de los mismos agentes de nuestras diócesis, estos nuevos materiales pueden aunar criterios y procedimientos y abrir perspectivas para  una pastoral de bautismos más rica y accesible.

En el folleto se ha dado cierta importancia al tema de la acogida. Se trata de una actitud, que realizada debidamente muestra  claramente el amor cristiano y el espíritu del evangelio. Por eso mismo, para un primer contacto se la considera un excelente  medio de acción evangelizadora y  de una pastoral misionera en el contexto secularizado. También se ofrece dos dípticos, uno que facilite el primer contacto encuentro, y el otro para una celebración final. Se han recogido además, en forma abreviada, unas catequesis elaboradas en  la archidiócesis de Madrid, que consideramos muy recomendables.

Al final se sugiere el programa de un “Encuentro posbautismal”  con los padres, religioso y festivo y otro “díptico” para visitar de nuevo a la familia. Ambas iniciativas tienen como objeto, dar  a conocer la oferta de actividades y celebraciones que la parroquia tiene  dispuestas para los matrimonios jóvenes.

 

 

 

 

 

 

  1. 1. PUNTO DE PARTIDA

 

1.1.   Análisis de situación: Recogemos algunos aspectos positivos, aunque generales, ateniéndonos a la relación  padres-hijos pequeños: Existe un elevado  interés, en algunos,  excesivo, por el cuidado y protección de los hijos. Se atiende especialmente a su educación física e intelectual. También desde el punto de vista ético se inculcan los valores de la tolerancia, el respeto y el éxito social y profesional. En el aspecto religioso, la mayoría de los padres, en nuestras diócesis, bautizan a sus hijos pequeños en el rito cristiano-católico. Las motivaciones que subyacen a este dato son varias y de distinto signo. Pero hay que pensar que en el fondo y en la mayoría de los casos existe un sentimiento religioso verdadero, más o menos consciente, e incluso en minorías una fe cristiana auténtica que es preciso apreciar positivamente y cultivar.

Al analizar aspectos negativos, también generales y más profundos, transcribimos algunas notas que, sobre cambios ocurridos en la familia navarra, exponía nuestro Sr. Arzobispo, en las Jornadas del Pueblo de Dios del año 20001:

 

Cambios externos: Retraso de la boda; retraso del primer hijo; disminución de fertilidad; familia menos institucional, opcional, más frágil, menos estable, más temporal, multiforme, menos definida, más centrada en la pareja, los hijos no esenciales.

 

Cambios de fondo: No se ve una clara referencia religiosa; la familia no es algo definido por naturaleza ni por Dios, sino que la diseñamos nosotros; visión laicista de la vida, sin Dios, sin creacionismo, sin naturaleza que nos determine ni nos rija; el hombre absolutamente libre para dibujar su propia vida, concepto ateo y mítico de la libertad; visión narcisista y hedonista del sexo, ordenado al placer, realizado no como signo de amor, ni en vistas a la fecundidad; primacía de lo económico y presiones, reales y ficticias, de este factor[1].

 

1.2.   Consecuencias de este análisis para la pastoral: Retomamos  la consideración del documento “Evangelizar en tiempos de increencia”, citado por  nuestro “Directorio de Pastoral de la Iniciación cristiana”[2] :

“A nosotros nos toca hoy comenzar una nueva etapa en la historia de nuestra Iglesia con el ardor, la fe y el espíritu de los primeros tiempos. La tarea evangelizadora es la de siempre. Pero hablamos de “nueva evangelización” porque hemos de ansiar y ofrecer la salvación de Jesucristo en condiciones nuevas y a un hombre culturalmente diferente”.

 

-     Damos por buena la siguiente observación: una gran mayoría de los matrimonios que traen sus hijos a bautizar, están necesitados de las convicciones, las actitudes cristianas y los conocimientos  cristianos más elementales y básicos en orden a poder desempeñar la responsabilidades propias de unos padres que deben transmitir la fe al hijo que bautizan.

 

-     Por todo esto, la actitud inicial es  la de crear unos instrumentos pastorales  propios de una pastoral de evangelización misionera.

 

En orden a practicar esta pastoral de evangelización misionera en la preparación y celebración del bautismo de niños, creemos que se deben cuidar de manera especial dos momentos: Primero, la acogida de los padres y de la familia por parte de la comunidad cristiana y segundo, los contenidos catequéticos  que han de proponerse a los padres y familiares que solicitan el bautismo de los hijos.

 

-        En la acción pastoral en general, pero sobre todo en una pastoral de acogida, es preciso tener muy en cuenta la gran diferencia que se da entre el “ambiente rural” el “ambiente urbano”. En el primero se da como dato favorable el conocimiento mutuo de las personas, pero el control social condiciona enormemente los comportamientos y las  relaciones personales. En el segundo, cabe mayor libertad y menos condicionamientos, pero la privacidad y la indiferencia  ante lo religioso, determinan muchas actitudes  de prevención y sospecha. Desde otro aspecto, la relevancia y la significación social de la parroquia como tal puede suele ser menor en éste que en los ambientes rurales.

 

 

1.3. Destinatarios

 

-     Este servicio pastoral está pensado, sobre todo, para los agentes parroquiales de pastoral. Para todos aquellos que de alguna manera pueden contribuir a una pastoral bautismal  más realista y más provechosa. Pensamos, por supuesto, en los sacerdotes, pero, sobre todo en los posibles agentes laicos y personas consagradas no ordenadas.

 

 

2.  SITUACIÓN Y OBJETIVOS:

 

2.1.     Situaciones de fe de los padres:

 

En orden a precisar con mayor realismo las disposiciones personales de los  padres que solicitan el bautismo de sus hijos, señalamos cuatro  situaciones en las que pueden encontrase estos padres en cuanto a su nivel de fe:

 

-     Padres creyentes y practicantes: Acuden  a las practicas religiosas, tienen un cierto sentido de comunidad cristiana y de parroquia y quieren ser consecuentes con su fe.

-     Creyentes poco practicantes o no practicantes: Esta situación supone  ya una forma  de alejamiento. Se han apartado, en un grado mayor o menor,  de la vida cristiana, pero sin llegar a un rechazo real y consciente de su fe. Para estos la pastoral bautismal debe pretender reavivar su fe, deshacer prejuicios y suscitar el interés por el Bautismo y educación  cristiana de los hijos.

 

-  No creyentes: En estos casos se requiere un análisis detallado de los motivos de la petición y de las garantías de la futura educación del hijo en la fe. Cuando estas garantías no se den, lo más prudente será diferir el bautismo, continuando el diálogo con los padres hasta obtener dichas garantías en un grado suficiente. Como último recurso, se puede proponer la inscripción del niño con miras a un catecumenado cuando alcance la edad de la discreción[3].

 

-  Canónicamente irregulares: Siendo conscientes de su situación, muchos padres se sienten, sin embargo católicos y, en alguna medida, valoran el Bautismo para su hijo. Habrá que discernir la veracidad de sus disposición y  habrán de ser mayores las garantías de la futura educación en la fe.

 

Estas diferentes situaciones están demandando que se  practique una pastoral diversificada y adaptada al nivel de fe  de los padres solicitantes.

 

2.2. Objetivos:

 

-Nos situamos en la preparación próxima a la celebración del bautismo y  consignamos aquí los objetivos  que propone nuestro Directorio de la Iniciación cristiana para la preparación de padres y padrinos: (DPIC, 3.3.1. a)

-       Reflexionar sobre su propia situación de fe y las motivaciones de la petición del bautismo.

-       Comprender el sentido del sacramento.

-       Considerar  la responsabilidad que adquieren en relación con la educación cristiana.

-       Asumir una colaboración activa en la comunidad eclesial

-       Preparar el rito, profundizando en su significado, para ayudar a la veracidad de su respuesta.

 

Cuando se trate de padres indiferentes, se debe realizar una catequesis misionera de primer anuncio:

 

-       Existencia y amor providente de Dios

-       Jesucristo, sobre todo en su misterio pascual.

-       Invitación a la conversión y al seguimiento de Cristo.

-       Y a la incorporación a la comunidad cristiana (cf Catequesis de la Comunidad 40, 41).

 

 

  1. 3. LA ACOGIDA PASTORAL

 

Introducción:

 

Hemos dicho al comienzo, en el “Punto de partida”, que considerábamos la “acogida” como una de los modos más eficaces para ejercer una pastoral de evangelización misionera.

Al hablar de “acogida”, nos referimos, en términos generales, al modo como se toma contacto, se recibe y se trata a los padres y familiares  que solicitan el bautismo.

La acogida en su sentido primero y obvio supone disposición de recibir al que viene.  Pero una pastoral misionera pide algo más, pidesalir al encuentro del que no viene, del que puede venir y del que piensa venir.

Porque el gesto de salir al encuentro es siempre una demostración de interés por la persona a la que queremos encontrar. Es, además, el acto propio de quien tiene la responsabilidad de anunciar la Buena Noticia, y de quien quiere ofrecer algo saludable a quien quiere bien.

La acogida  y acompañamiento de los alejados que vienen a solicitar el Bautismo para sus hijos, puede ser  un momento privilegiado  de evangelización.

La buena acogida  predispone a los padres para aceptar la propuesta  de entrar en un proceso  de preparación; suscita las disposiciones personales adecuadas en orden a celebrar dignamente el bautismo del hijo; y  capacita para cumplir las responsabilidades que entraña.

 

En este apartado vamos a tratar de  anotar algunas características y principios inspiradores de la acogida; enumeraremos algunas actitudes  y cualidades de los agentes, para terminar hablando del equipo de acogida  y de la acogida bautismal.

 

 

3.1.    Principios inspiradores de la acogida:

 

-     La acogida pastoral se inspira en la pedagogía de Dios tal como se realiza en Cristo y en la Iglesia bajo la guía del Espíritu, y se inserta en el diálogo de salvación entre Dios y la persona, y a él sirve.

 

-     El carácter sorprendente y gratuito de la iniciativa divina sitúa la acogida pastoral bajo el signo de la pedagogía del don. Esto implica  para los que acogen: aceptar incondicionalmente a los padres como signo de la gratuidad del amor de Dios; ayudarles a reconocer en el nacimiento del hijo un don recibido de Dios; cultivar en ellos actitudes de gratitud y responsabilidad ente el don recibido.

 

-     El carácter histórico de la Revelación sitúa la acogida pastoral bajo la pedagogía de la encarnación. Por eso, ha de tener en cuenta: el respeto al ritmo de cada adulto; la sencillez del encuentro pastoral como reflejo de la actuación del Espíritu; la experiencia de la paternidad como punto de  arranque para un acompañamiento en la fe.

-     El carácter trascendente del misterio de Dios, confiere a la acogida el carácter de pedagogía de los signos. Por eso habrá que abrir la experiencia de ser padres al misterio de la vida de Dios; partir de los hechos de vida para  descubrir en ellos el significado que pueden tener en el misterio cristiano;  descubrir la acción del espíritu en los signos del bautismo.

 

-     El carácter  maternal, personalizador  y comunitario que tiene la inserción en la Iglesia supone  en la acogida mostrar interés y afecto por cada persona concreta  y situarse en su circunstancia; dar muestras de comprensión, de flexibilidad y adaptación; y manifestar claramente que  es una familia y una comunidad la que recibe y acoge.

 

3.2. Acogida a los alejados:

 

Ateniéndonos a los alejados, la pastoral de acogida debe tener como objetivos  prioritarios:

 

-     Propiciar el encuentro con Dios y con la Iglesia.

 

-     Conviene desde el primer saludo, transparentar lo que la Iglesia es: signo del amor y de la benevolencia de Dios.

 

-     Por encima de lo puramente externo, el diálogo se debe orientar al terreno de la experiencia personal.

 

-     Un punto de partida natural  y apropiado puede ser  que  los padres y la familia nos cuenten (relaten) el acontecimiento y la circunstancia  que están viviendo.

 

-     Conviene que los que hacen la acogida den el testimonio de su propia experiencia – ante acontecimientos similares – y cómo les ha ayudado y comprometido la fe y la esperanza cristiana. Mencionando escenas o pasajes bíblicos que apoyen esa experiencia.

-     La experiencia cristiana puede ser comunicada principalmente a través de la narración, del relato de la experiencia creyente del que habla y, sobre todo, de la experiencia de fe de la Iglesia.

 

Un diálogo así puede ser mediación privilegiada para que se dé perceptible o imperceptiblemente un movimiento  positivo  de conversión y de gracia, por la acción del Espíritu Santo.

 

3.3. Cualidades de los que acogen:

 

La formación de los agentes que realizan la acogida comprende varias dimensiones: el ser, el saber, el saber hacer.

 

-          El ser del agente afecta a su dimensión humana, cristiana y apostólica. Requiere una madurez humana inicial que implica buen carácter, generosidad, capacidad de relaciones personales y de diálogo, sentido constructivo y positivo ante la vida.

 

Desde el punto de vista de la fe, el ser se resume o se manifiesta, sobre todo, en un testimonio coherente con el Evangelio de Jesús y la fe de la Iglesia. Esta fe habrá de manifestarse también  en una voluntad evangelizadora y misionera  y en un sentido de comunión eclesial.

 

-          El saber requiere  una fe con un cierto nivel de formación, que le capacite para dar razón de su esperanza en una sociedad fuertemente secularizada; también, una formación  teológica  cercana en el lenguaje y en la sensibilidad a la experiencia real humana, y un conocimiento de los dinamismos psicológicos que mueven al hombre.

 

-   El saber hacer implica, por una parte, respetar la pedagogía de la fe, que trata de ofrecer, alimentar y ayudar a crecer el don de la fe; y por otra,  capacidad de  escucha de las personas y una cierta  habilidad para responder a las preguntas y situaciones que presentan los padres.

3.4 Equipo de acogida y acompañamiento:

 

Aunque el sujeto evangelizador es toda la comunidad  cristiana con su pastor, sin embargo, es necesario un equipo de acogida y acompañamiento.

 

Es conveniente que en el equipo haya  agentes de pastoral laicos, sobre todo matrimonios y padres cristianos.

 

En los responsables de acogida son imprescindibles estas características:

 

-   Actitud de respeto, acogida, escucha e interés por las personas, y disposición para discernir sus situaciones personales

 

-   Conciencia clara de que el Mensaje que transmiten es un don de Dios,  por el que ofrece incondicionalmente a todos su perdón y su gracia.

 

-   Convicción de que actúa en nombre de la Iglesia. Por lo tanto el responsable de la acogida debe transparentar que  no anuncia su propio mensaje, sino el mensaje de la salvación transmitido, recibido y vivido en la Iglesia[4]. Su trato, por otra parte, mostrará la actitud misericordiosa  de la misma Iglesia.

 

-   Capacidad para discernir en las personas a las que acoge su experiencia religiosa real y personal. Así podrá ofrecerles los medios adecuados para favorecer su crecimiento en la fe.

 

-   Preocupación por que la petición de los sacramentos se convierta en ocasión privilegiada de evangelización.

 

3.5. La acogida bautismal:

 

La acogida bautismal debe ser amistosa, no ignorando los deseos de los padres y partiendo de su situación.

El mensaje que con ella se quiere transmitir puede formularse de la siguiente manera:

 

-     Que Dios, a través del bautismo de su hijo, quiere hacerse presente en sus vidas.

 

-     Que la comunidad cristiana quiere favorecer  el encuentro gratuito y libre con Dios.

 

-     Que la Iglesia acoge siempre a sus hijos, por muy alejados que estén, y quiere ayudarles a descubrir la grandeza y exigencias de la fe.

 

-     Por encima de todo se busca que por la acción del Espíritu Santo se abran a Dios Padre, se encuentren con Jesucristo, y descubran la necesidad de un proceso de iniciación en la fe.

 

 

4.  ENCUENTROS CLAVE EN EL ITINERARIO

 

La acogida, o mejor, las actitudes  propias de una acogida cristiana, tienen lugar en el contexto de unas relaciones personales y de unos encuentros.

En el presente servicio que ofrecemos para la pastoral del bautismo, se tienen presentes los siguientes posibles encuentros como espacios donde va a desarrollarse el proceso catequético y de acción pastoral:

 

  1. Encuentro con  la madre que va a dar a luz y su familia: (En el propio domicilio)

 

  1. Acogida de los padres que comunican su intención de bautizar al su hijo. (En el propio domicilio o en la parroquia).
  2. Catequesis prebautismales (cuatro, en la parroquia, salvo excepciones)

 

  1. Celebración del bautismo.

 

  1. Encuentro  posbautismal de felicitación con el anuncio de posibles contactos futuros y de servicios parroquiales para matrimonios jóvenes.(En la parroquia, o en el propio domicilio).

 

 

5. VISITA A LA FAMILIA ANTES DEL   NACIMIENTO O ANTES DE LA SOLICITUD DEL BAUTISMO:

 

5.1. Consideraciones previas:

 

-          Dentro del itinerario prebautismal, la visita a los padres está pensada  desde el supuesto de que en muchos casos debemos situarnos en perspectiva eminentemente misionera: salir al encuentro de los que no están muy familiarizados con la parroquia, pero probablemente solicitarán el bautismo de su hijo. Estamos pensando en aquellos que,  debido al interés por el bautismo del hijo, pueden beneficiarse de la experiencia de fe que ese acontecimiento  ofrece.

 

-          No obstante es preciso proceder con prudencia. La experiencia pastoral muestra que, en las condiciones de la sociedad actual, son frecuentes los casos de familias que quieren ciertamente bautizar a sus hijos, pero no  ven con agrado que alguien, sin vínculos familiares naturales, venga a entrar en su propio domicilio.

Para entrar en contacto con esas familias, será conveniente informar de la “costumbre” que tiene la parroquia  de hacer la visita, insistir en que tiene un carácter informal y de amistad y no de requisito obligatorio para celebrar el bautismo. En todo caso se informará del modo de acceder a la parroquia para manifestar la intención de bautizar al hijo.

Conviene que la parroquia tenga previsto el procedimiento para informarse de aquellos hogares que esperan la llegada de un nuevo miembro a la familia. Esta información puede llegar a través de la comunidad parroquial y más concretamente, puede ser misión  del equipo sacerdotal o de otros agentes parroquiales. En todo caso, no conviene  dejarla  a merced de la espontaneidad.

 

-          Supuesta esta información, hará la visita en nombre de la parroquia  la persona que mejor y más naturalmente pueda contactar con la familia.

Lo más conveniente, por regla general, será avisar a la familia  de la visita que se piensa hacer. Se puede aprovechar esta llamada para explicarles que es muy conveniente que los padres (él y ella) hagan todo lo posible por estar presentes en este primer encuentro.

 

5.2. Objetivos generales:

 

-          Que los padres se sientan acogidos por la Iglesia con amor e interés, por muy alejados que se encuentren de ella.

-          Un conocimiento respetuoso de la situación concreta, humana y espiritual, de la familia.

 

-          La creación de un clima de diálogo que favorezca la eliminación de prejuicios y abra pistas para otros encuentros.

 

 

5.3. Objetivos inmediatos:

 

-          Mostrar a la familia la alegría y el interés de la comunidad parroquial por el nacimiento y el bautismo de su hijo.

 

-          Informar a los padres del plan de preparación previo a celebrar el bautismo de su hijo en la parroquia.

 

-          Establecer o intensificar  unas relaciones  de familiaridad y confianza entre familia y parroquia.

5.4. Observaciones:

 

-          Una vez en la casa,  convendrá decir claramente que  la visita es en nombre de la parroquia.

 

-          Puede ofrecerse el “Díptico de felicitación y enhorabuena”.

 

5.5. Temas de conversación:

 

Para el mutuo conocimiento:

 

-          Agradecer  a los padres que hayan tenido a bien recibirles.

 

-          Exponer que  vienen enviados por la parroquia, porque la parroquia tiene como norma  visitar a los padres que  comunican su  deseo de bautizar a los hijos, tomar un primer contacto con ellos y explicarles el modo de hacerlo.

 

-          Mostrar interés por conocer al niño, las circunstancias del nacimiento, la salud de la madre.

 

-          Interesarse por el tema del trabajo de los padres, el lugar de procedencia, las relaciones familiares, el interés de éstos por el bautizo…

-          Los enviados también se presentan: la familia que tienen, donde viven, su trabajo, su relación con la parroquia, la participación activa dentro de ella y cómo se les ha indicado que hicieran esta visita.

 

De información  práctica:

 

-          Exponer cómo se hacen  normalmente los bautismos en la parroquia.

 

-          Decir que la parroquia propone a los padres (también a los padrinos) cuatro reuniones para preparar el bautismo del hijo.

-          Explicar que no se trata tanto de una obligación, más o menos impuesta, sino de una necesidad y  de un beneficio para el niño y para todos: el acontecimiento del bautismo es importante y  tiene mucha trascendencia para el niño, para los padres, para la familia y para la Iglesia. Conviene hacerlo bien, conociendo el sentido que tiene y el compromiso que implica. Así van a disfrutar más de la celebración y van quedar más satisfechos.

 

-          Explicar claramente, el lugar de las reuniones, los horarios, los posibles asistentes.

 

-          Preguntar  y escuchar en actitud comprensiva  las dificultades que tienen para acudir a estas reuniones.

 

-          Insistir en que hagan todo lo posible por venir  los dos, padre y madre, y si quieren también los padrinos.  Contar cómo se han valido otros matrimonios para venir los dos.

 

-          Si es imposible acudir a la parroquia, ofrecerse para tener  algunas reuniones en la propia casa, que las haría el párroco o ellos mismos.

 

-          Dejar que hagan preguntas.

 

-          Explicar que la parroquia está dispuesta a acomodarse lo mejor posible a sus necesidades y a su situación.

 

-          Repetir lugar y fecha de la primera reunión de padres.

 

-          Volver a felicitarles  por el hijo.

 

 

  1. 6. ACOGIDA A LOS PADRES QUE ACUDEN A SOLICITAR EL BAUTISMO DE SU HIJO

 

(Se supone que va a tener lugar en las dependencias parroquiales)

 

6.1. Objetivos

 

Objetivos generales

 

Los mismos que en la visita domiciliaria. Además:

 

-          Tomar los datos  necesarios para  la partida de bautismo. O informar de cuales son los que se necesitan.

 

-          Explicar más detalladamente  la finalidad que tienen las catequesis o charlas a las que  se les invita a acudir.

 

6.2. Observaciones previas

 

-          Si los padres han recibido ya en sus casas la visita previa  de los enviados de la parroquia cabe esperar que será más fácil llevar a cabo esta acogida parroquial. Pero habrá que tener en cuenta  lo que se les dijo en aquella visita, para no caer en contradicciones ni  crear confusiones.

 

-          En todo caso el tono y los gestos del primer saludo al llegar han de ser de cordialidad y amabilidad.

 

-          La primera  palabra no ha de ser que se tiene prisa, aunque sea real esa circunstancia, tampoco es conveniente comenzar advirtiendo que el día y la hora para ese asunto es otro distinto de éste en el que han venido ellos.

 

-          Si de verdad no hay posibilidad de  acogerlos y recibirlo con el tiempo debido, una vez hecho los saludos y presentaciones  y escuchado el motivo por el que han venido a la parroquia, se les puede indicar quien y cómo pueden ser atendidos por otra persona o en otro lugar. Se les puede tomar el número de teléfono o la dirección y ofrecerse, si se cree oportuno, el visitarlos en la propia casa.

 

-          Procurar tocar los diversos aspectos y temas de discernimiento con la mayor naturalidad y espontaneidad, al hilo de una conversación y eliminando toda apariencia de interrogatorio.

 

 

  1. 7. DISCERNIMIENTO

 

7.1.   Presupuestos y objetivos para el discernimiento:

 

-          Comenzar explicando la importancia la trascendencia que tiene el bautismo para el niño.

 

-          Resaltar que no es más que el comienzo de un proceso, o la siembra de una semilla que luego se ha de cuidar para que madure.

 

-          Hacer ver que en todos los aspectos de la vida del niño, los padres van a suplir y ayudar a su desarrollo y maduración. Por lo tanto, también en el de la fe.

 

-          Aclarar, si es necesario, que no se trata de indagar  en asuntos  privados, sino de  ver cada situación y cada familia, para adaptar las catequesis y preparar la celebración de la manera  más provechosa y mejor.

 

-          Estar muy atentos a las dificultades especiales que puede tener el matrimonio en orden al cuidado del niño y a su educación, especialmente la religiosa. (Enfermedad, problemas económicos o profesionales, conflictos matrimoniales o familiares, situaciones irregulares)

 

Objetivos

 

-          Proveer, con la mayor garantía posible, la educación cristiana del bautizando.

 

-          Adaptar cuanto sea posible, todo el plan catequético que acompaña al bautismo, a las disposiciones personales y de fe reales de los padres (y padrinos).

 

7.2.   Puntos a discernir:

 

Puntos generales:

 

-          Cómo ha surgido la idea de bautizar al niño.

 

-          Si es interés de los dos o de uno más que de otro.

 

-          Si hay  ambiente en la familia,  presiones a favor o en contra.

 

-          Qué cualidades y valores querrían como las mas importantes para que su hijo se desenvuelva en la vida.

 

-          En el conjunto de los cuidados, la formación y la educación que quieren transmitir a su hijo, qué  importancia dan a la fe cristiana.

 

-          En qué medida se sienten preparados y capacitados para educarlo  en la fe cristiana y en los valores propios del evangelio.

 

-          Si están pensando en los medios y modos para darle esa educación.

 

-          En la vida real, qué práctica religiosa llevan: motivos, dificultades, circunstancias, que les han llevado a situarse ante el tema religioso de esa manera: (convencidos y comprometidos, practicantes sin más,  por costumbre social, dejadez, abandono…).

 

-          Qué supone Dios en sus vidas; y Jesucristo.

 

-          Qué valor dan a la eucaristía, al amor fraterno, al perdón de las ofensas.

 

-          Cómo se sitúan ante otras religiones.

-          Cómo se sitúan ante la injusticia, la sociedad de consumo, el problema del hambre  y de los marginados.

 

Situaciones especiales

 

Creyentes con poca práctica religiosa, católicos divorciados y casados civilmente, unidos sin vínculo institucional, no creyentes, etc.

 

-          Partir de un acogida llena de respeto y amabilidad, se trata de llegar a decidir juntos la conveniencia o no de celebrar el sacramento, o bien de diferir la celebración del mismo.

 

-          Es preciso  discernir si existe esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica” (CIC 868 1, 2ª).

 

 

-          Si no son los padres, ver si alguien (padrinos, familiares, algunas personas cualificadas de la comunidad parroquial) van a asumir el compromiso de la educación cristiana del bautizando.

 

-          Cuando esto no ocurra, lo más prudente es diferir el bautismo, continuando el diálogo con los padres.

 

-          Como último recurso, se puede proponer la inscripción del niño con miras a un catecumenado cuando alcance la edad de discreción.

 

-          Nunca debemos tomar la iniciativa de negar  el bautismo que nos han pedido para su hijo

 

-          Padres creyentes con poca práctica religiosa:

 

Mantener los encuentros que sean oportunos a fin de suscitar en ellos un verdadero interés y responsabilidad por el bautismo y la educación cristiana de su hijo.

 

-          Casados canónicamente y luego divorciados y casados civilmente:

 

Se puede conceder el bautismo si al párroco cabe el convencimiento de que el niño que presentan a bautizar  va a ser educado en la fe católica. Evitar, si es previsible, por otro lado, el escándalo de la comunidad.

 

-          Católico, casados sólo civilmente o sin vínculo institucional:

 

La situación de estos padres indica una quiebra en su fe. Han de ser mayores las garantías de la educación de la fe del hijo, que pueden provenir también de otras personas.

Si se hubiera de negar el sacramento, conviene explicar que la negativa no es una sanción sino, más bien, una invitación a una reflexión y a una toma de conciencia de su situación anómala. Antes de tomar la decisión, consulte al arcipreste o a otros sacerdotes.

 

-          Padres no creyentes o no católicos:

 

Se ha de buscar mayores garantías de la futura educación cristiana del hijo con esperanza fundada de su cumplimiento mediante el compromiso de un padrino responsable o de un ambiente familiar conveniente.

 



[1] Cf. Mns. FERNANDO SEBASTIÁN, “Evangelizar la familia. Aliento y sugerencias, en BOD, año  144 (Noviembre 2001), 585-586.

[2] Cf. DIÓCESIS DE PAMPLONA Y TUDELA, Directorio pastoral de la iniciación cristina, 1995, 22-23.

[3] DIOCESIS DE PAMPLONA Y TUDELA, Directorio de la Iniciación Cristiana, Pamplona  1995, 79-80.

[4] DIÓCESIS DE PAMPLONA Y TUDELA, Directorio pastoral de la Iniciación Cristiana, Pamplona 1995, 44.

Actualizado (Jueves, 28 de Enero de 2010 18:33)

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